Si ya elegiste un color principal para tu decoración, pero no logras decidir el segundo, o de plano no sabes qué combinaciones usar, aquí tienes una respuesta sencilla y siempre atinada: usa colores complementarios.
Porque al colocar un color al lado de su complementario, se crea el mayor contraste posible, intensificándose el uno al otro y ¡creando armonía cromática al instante!
Se trata de colores que simplemente se llevan maravillosamente bien entre sí sin hacer esfuerzo, y por su contraste, son especialmente útiles para acentuar y destacar elementos.
Usando el círculo cromático como herramienta, verás qué colores son complementarios. En él, los colores complementarios se ubican a una distancia invariable de 180 grados, es decir, en el lado opuesto de cada color, por eso también se conocen como contrastantes u opuestos. Uno está del lado frío y el otro en el hemiciclo cálido.
Por ejemplo, si buscas combinar o realzar el azul, el contrario es el naranja, o algún tono dentro de los amarillos. De hecho, podrías usar cualquiera en el espectro el amarillo-anaranjado, y las mezclas con los demás colores adyacentes en el círculo cromático, es decir, los matices, porque las armonías de colores complementarios se enriquecen más incorporando sus análogos, los colores vecinos del color complementario, hacia cualquier dirección alrededor del círculo cromático.
Las tres combinaciones principales de colores complementarios son:
- rojo y verde
- morado y amarillo
- azul y naranja
Aunque estas son combinaciones con mucha vitalidad, para mejores resultados combinando complementarios, se recomienda aplicarlos con mesura y balance, pues con la saturación cien, podrían resultar muy estridentes. Por eso, para crear una paleta de colores complementarios, conviene salir de los tonos primarios. Con tonos naturales como el verde salvia, oliva oscuro y amarillo mostaza, que pueden resultar muy elegantes.
Combinados entre sí, los colores complementarios se anulan mutuamente, dando como resultado matices en pastel; perfectos para evocar romance o inocencia.
Usando diferentes matices y tonos, se pueden lograr distintos estilos y efectos de decoración, puedes hacer que tus combinaciones contrasten, griten, exploten, canten o susurren visualmente.
Así, tienes por ejemplo estas opciones:
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azul cobalto y bermellón
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azul prusia y rojo oscuro
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verde esmeralda + carmín
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verde limón + violeta
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índigo + amarillo
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naranja + azul ultramar
También conviene mezclar oscuros con luminosos, o el mismo color o colores opuestos en diferentes tonos, pues si usas el mismo tono en una decoración, no tendrá un efecto impactante, ya que no habrá suficiente disparidad entre oscuridad y luminosidad para crear un resultado interesante.
En resumen, si quieres combinar colores como profesional, este punto de partida es seguro: ¡usa los colores complementarios!