En los negocios, de todos los tamaños, la planeación financiera es clave para el éxito, y ésta comienza con el presupuesto anual, la base financiera de la estrategia para empezar el siguiente año.
El presupuesto anual esa una herramienta para poner en términos económicos los objetivos que se van a buscar en el siguiente ciclo, y los recursos con los que se contarán para alcanzarlos, previendo distintos escenarios. Así podremos reducir riesgos y tendremos también una mejor guía para la toma de decisiones a lo largo del año.
Planear el presupuesto anual también ayuda a sacar el máximo provecho a los recursos disponibles.
Para hacerlo lo más útil posible, sigue estas recomendaciones:
1. Estima el promedio de ingresos por periodo
Calcula esta cifra con los datos del año corriente y los datos históricos, de forma muy realista; también servirá para proyectar las ventas y el crecimiento esperado.
2. Considera todos los gastos y costos
Gastos generales de la empresa (divididos por gastos fijos y gastos variables), proyectos, inversiones, e incluso imprevistos (un fondo determinado para lo que pueda surgir): Todo lo que signifique una salida de capital, debe ser registrado en el periodo exacto del año en que se deba pagar, para tener una visión más clara y real de la liquidez que tendrá el negocio en cada momento, lo que puede hacer la diferencia entre la solvencia y los problemas de liquidez.
Esto también nos permitirá estimar cuánto debemos vender para cubrir los gastos y seguir siendo rentables.
3. Flujo de efectivo: Establece límites y mantén el equilibrio
Realizar proyecciones de flujo de efectivo permite planificar el uso más eficiente del dinero con el que cuenta la empresa. Se necesita establecer límites de gastos en general, y mantener equilibrio entre las entradas y los gastos a realizar.
4. Fija objetivos
Con el panorama económico bien aclarado, podrás saber si es necesario hacer modificaciones, reducir costos, o negociar fechas de pagos, y finalmente, establecer metas para el siguiente año. Con metas y objetivos trazados, será más fácil que todos dentro de la empresa enfoquen esfuerzos en la misma dirección. Es importante que esos objetivos sean específicos, medibles, alcanzables, realistas y oportunos.
5. Mantén en orden y al día la contabilidad
No solo facilitarás el cumplimiento de los compromisos tributarios, sino también las proyecciones y las comparativas.
6. No lo selles, revísalo constantemente
No olvidemos que el presupuesto es solo una proyección. Y podemos hacer proyecciones, pero las cosas cambian, y hay que saber adaptarse rápidamente, así que el presupuesto de una empresa rara vez es estático. Revisarlo periódicamente te permitirá identificar las desviaciones rápidamente y tener mayor control, y mejor reacción a los cambios, ya sea que impliquen corregir cursos de acciones o de lleno cambiar la estrategia para que los objetivos aún puedan cumplirse.
7. No lo dejes para el último minuto
Si todavía no has comenzado a prepararlo, ¡apresura el paso! Así habrá tiempo de revisar los datos, analizar distintos escenarios y hacer ajustes si se requiere.
Finalmente, si tu empresa es pequeña, no cometas el error de pensar que por eso no requieres hacer un presupuesto anual. Trabajar solo con lo que vaya ocurriendo día a día no te ayudará mucho a tomar decisiones para a crecer, mientras que la organización y la previsión son grandes aliadas para ello.
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